Como ya sabemos, la industria de la moda es de las más contaminantes del mundo si no la que más. Pero ¿qué es lo que ha hecho que llegue hasta ese punto? ¿Por qué un modelo tan poco sostenible aguanta en lo más alto?
Antiguamente hablábamos sobre temporadas según las estaciones. Una marca de moda sacaba dos colecciones al año que correspondían a otoño-invierno y primavera-verano. En la actualidad, con el Fast-fashion, se han acortado los tiempos de fabricación creando una estrategia de micro-temporadas que nos generan la necesidad de renovar nuestros armarios con las últimas tendencias.
Esta rapidez en la producción hace que, como consumidoras, necesitemos esa prenda nueva y en tendencia en ese momento, ya que la siguiente semana, es posible que ya no esté disponible.
Contaminación, emisiones y desperdicios
La industria de la moda es la responsable del 10% de las emisiones de dióxido de carbono y una de las que más agua necesita. Emite gases contaminantes, se nutre de energías no renovables y contamina aguas con productos químicos.
El problema está en que cuando compramos una camiseta de una marca que se sostiene sobre el modelo del Fast-Fashion no sabemos qué hay detrás de ese algodón, por ejemplo. No la compraríamos con la misma facilidad si supiéramos que en la producción de esa camiseta de algodón se utilizan 2.700 litros de agua que acabará siendo residual y llena de químicos.
A todo ese proceso dañino es necesario añadirle otro dato: una gran parte, casi la mitad, de la ropa producida por grandes marcas del mundo del Fast-fashion termina en la basura o incinerada.
En nuestras manos
Cuesta creer que un modelo tan insostenible siga funcionando y más aún cuando sabemos que es gracias a todas nosotras como consumidoras que lo apoyamos con nuestros hábitos.
Una prenda tiene una vida mucho más larga que esas diez veces que nos la ponemos y la dejamos en el armario porque “ha pasado de moda”.
Es necesario que la moda entre en un proceso de economía circular, es decir, un círculo que se retroalimente de una forma parecida a la siguiente: fabricación de materias primas y tejidos, fabricación de prendas, llegada a las tiendas, colgarla a nuestro armario y llevarla, pasar a segundas manos, reciclar el material textil para volver a la producción de materia prima y tejidos y seguir el círculo.
Si eres amante de las tendencias, la tendencia más de moda en este momento es respaldar este cambio tan necesario.